por Peter Schurmann
Hace casi treinta años, Juana Gutiérrez, residente de East Los Ángeles y madre de nueve niños, retó a un gigante del petróleo y ganó. Reconocida positivamente en su momento en los medios nacionales e internacionales, se la veía a Gutiérrez como en la vanguardia de un movimiento medioambiental “incipiente”, uno arraigado profundamente en las comunidades de color de California cada vez más numerosas. (Read this story in English here.)
Hoy en día ese movimiento incipiente ha alcanzado su plenitud en lo que rápidamente se está convirtiendo en la nueva corriente principal del activismo medioambiental del estado.