Por Osiris Aníbal Gómez
“Oyes, llámame para atrás porque voy tarde para mi clase, OK. Luego te veo, bye!” No recuerdo el día que al caminar por los pasillos del BMU de la Universidad Estatal de Chico, no haya escuchado conversaciones como ésta. No es ninguna sorpresa, ni tampoco un nuevo estilo de habla entre los hispanohablantes de California, esta mezcla del español con inglés, va más allá del ya popular Spanglish.
Lo que sucede hoy en día, es que todos los hispanohablantes nativos y de segunda generación contribuyen inconscientemente a un fenómeno idiomático que se propaga por todos los rincones de EEUU. La razón es la gran influencia que el inglés tiene sobre el español. A pesar de que muchos lo catalogan como incorrecto, es algo tan legítimo como natural. Es un fenómeno evidente e imparable, cuya influencia queda reflejada en las conversaciones que escucho a menudo entre los estudiantes: