Justina Sotelo acompaña a una niña en la mesa de arte.
Justina Sotelo, una vendedora que conocí en el evento, se había pintado una monarca – la mariposa de la inmigración – en su cara, y llevaba alas eí su espalda.
“Hay una tristeza acerca del Día de los Muertos,” dijo. “Pero no es el enfoque. La idea es que haya una celebración, una aceptación de la muerte, un reconocimiento de la muerte.”
¿Celebración? Nunca concebí el Día de Limpieza de las Tumbas en estos términos. Nunca pensé que podría estar tan lleno de alegría como el Día de los Muertos. Pero mientras reflexionaba y me obliga a pensar en ello después de escuchar lo que dijo Sotelo, me recordé momentos de risa y alegría en nuestras festividades.
Como hijo único, a menudo me sentía solo mientras crecía, pero durante el festival tenía muchas ganas de pasar tiempo con mis primos. Las tumbas de mis bisabuelos estaban en una pequeña montaña cerca de un arroyo. Después de visitarles para mostrar nuestro respeto, la familia entera se reunía junto al arroyo, colocaba una parrilla y asaba carne. Los adultos preparaban la comida y los niños chapoteaban en el agua fresca. Los adultos charlaban y contaban historias, algunas de los difuntos, otras de los vivos. El aire se llenaba de charlas, risas y el aroma de comida sabrosa.
Los platillos que llevábamos siempre eran especiales. No faltaba Qingtuan, un dumpling chino de color de jade y hecho de arroz pegajoso mezclado con artemisa china. Normalmente, hay de dos sabores, dulce y salado. Yo era muy aficionado al Qingtuan dulce, cuyo relleno está hecho de frijoles rojos, pero a medida que me fui haciendo mayor me aficioné a la versión salada.
Otro de los platillos básicos eran los caracoles salteados. Los miembros de la familia solían debatir sobre quién tenía la mejor receta y el ganador tenía que guisarlos el próximo año. La más joven de mis tías siempre ganaba y aparentemente, estaba orgullosa de ello.
Me preguntaba: ¿Acaso no es una forma de celebración pasar tiempo con los seres queridos y gozar de deliciosa comida? Creo que uno de los deseos de mi abuelo habría sido ver a su familia feliz, aún después de haber fallecido.
“Hay algo normal en reconocer que ya se han ido pero que también están con nosotros,” Sotelo me había dicho. “Nos ayuda entender la muerte y saber que los seres queridos siguen viviendo a través de nuestras prácticas, cuentos y memorias.”
foto por Yucheng Tang
Vendedora en el evento de Día de los Muertos.
Sus palabas resonaban dentro de mí. Después de que se fallecen nuestros seres queridos, debemos seguir adelante. Pero también necesitamos llevarlos en nuestros corazones o memorias. Es un proceso, con toda la tensión entre olvidar y recordar que conlleva.
Yo no diría que el Día de los Muertos cambió mi actitud hacía la muerte, pero las aparentemente formas exageradas de celebrar me dieron la oportunidad de redescubrir el Día de Limpieza de las Tumbas, una tradición que me pertenece a mí y que está profundamente arraigado en mi herencia.
Por ejemplo, añadir alcohol a una taza de la que nadie toma ya no es ridículo –es una tradición, una práctica y un cuento que nos une con los que hemos perdido. Por ejemplo, el Día de Limpiar las Tumbas no era solamente acerca de la tristeza pesada: también había alegría y celebración.
foto por Yucheng Tang
Tal vez nunca comprendía la esencia del festival cuando era niño. Tal vez apenas empiezo a comprender ahora lo que significa lamentar la pérdida de un ser querido y honrar el pasado.
Antes de que saliera de El Barn, otro vendedor, Justin Stier, dijo que cuando se mudó a Chico hace 20 años, aparte de la comunidad de habla hispana no había mucha gente que celebrara el Día de los Muertos, pero que cada vez es más y más popular. Supongo que se tardaría más tiempo y haría falta una comunidad más grande para que el Día de Limpiar las Tumbas se haga más popular y mejor conocido en este continente.
Mi pegatina en forma de una flor de cempasúchil con mi letra está en un rincón de mi escritorio de trabajo. Mientras contemplo el cielo gris desde la ventana de mi departamento, me pregunto: ¿Hay fronteras nacionales y divisiones culturales en el otro mundo donde se encuentran los difuntos? Guiados por el cempasúchil, ¿podrían mis abuelos chinos, Yongchao y Huanhua, encontrar la senda a mi nuevo hogar en California – un lugar que jamás podrían haber imaginado – para visitarme?
Los extraño.
Yucheng Tang es un California Local News Fellow reportando para ChicoSol. Cuando era joven, Yucheng pasó mucho tiempo con sus abuelos en China y dice que Chico parece al pueblo chino de su niñez.
Traducido por Lindajoy Fenley y Raquel Paraíso.
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